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The Apprentice (2004) ... cinco años despues El Aprendiz (2009)



El reality show importado de los EEUU "The Apprentice" ha llegado a España. Como breve resumen, The Apprentice es un programa que ya lleva emitidas 7 temporadas en los EEUU donde un grupo de 16 candidatos a empresarios de distintos perfiles, son puestos a prueba y evaluados por el magnate y multimillonario norteamericano Donald Trump, siendo la recompensa para el ganador un puesto ejecutivo en una de sus firmas o proyectos. En la versión española, "El Aprendiz", el rol de Donald Trump es ocupado por el publicista Lluís Bassat.

Obviando las diferencias generales entre ambas versiones (el lujo y glamour aportado por Trump es difícilmente comparable), es interesante contrastar y analizar los perfiles de los candidatos para ambas versiones.

Entre los candidatos de "The Apprentice", encontramos que 7 de ellos tienen un background relacionado con algún proyecto de emprendimiento:

*Destacar que Bill fue el ganador del programa y Kwame el otro finalista.


Por otro lado, entre los candidatos de "El Aprendiz", sólo encontramos 3 perfiles de emprendedores:

  • Ruben Sardiña montó un balneario.
  • Ana Ríos creó su propia empresa especializada en formación informática.
  • Natalia Martínez comenzó una inmobiliaria.

Esta comparación entre ambos programas es un buen ejemplo de la diferencia de mentalidad emprendedora que hay entre los EEUU y España (siempre me impacta leer los escandalosos números de % de funcionarios por capita que hay en España comparado con otros países).
Mientras en los EEUU se crean continuamente empresas exitosas y se aprecia e incentiva muy positivamente el espíritu emprendedor, en España se valora menos a estos "locos". No es de extrañar que luego estas empresas extranjeras se globalicen y cubran los mercados i/o necesidades que los propios países no consiguen abastecer internamente, (tema del que me gustaría hablar con próximas entradas).

El porqué a esta diferencia tiene muchos puntos de vista diferentes; partiendo de la poca facilidad de acceder a financiación, el poco riesgo y confianza de invertir en emprendedores en España, la dificultad de crear y sobre todo asentar una empresa, la poca inculcación del espíritu emprendedor por parte de las escuelas, universidades y la propia sociedad o simplemente porque nos va más la fiesta, la siesta, la playa y no el trabajo y responsabilidades. No es coherente que sólo un 20% de universitarios opten a crear una empresa y un 50% aspire a ser funcionario.

En mi opinión una de las razones por las que a España le cuesta más salir de la crisis es por el aumento imparable del paro. España es con diferencia el país europeo con mayor porcentaje de parados y su causa no es otra que el cierre de las empresas que no pueden sostenerse por las pocas facilidades y ayudas de la administración. Si bien es cierto que la crisis inmobiliaria ha sido también el propulsor de este suceso, no hay que obviar que los bancos han sido quienes se han decantado por abastecer y financiar a un sector cuya muerte estaba anunciada, en vez de apoyar proyectos innovadores y emprendedores en sectores que han demostrado estar ahora en auge como las TIC.

Por otro lado, no entra en mi lógica destinar más de 600 millones de euros en prestaciones a desempleados que han agotado su cobertura por desempleo (no entraremos en todas las tramas de corrupciones que han aparecido relacionados con la administración), y no se agilicen soluciones para frenar el importante número de cierres de empresas, aspecto que al fin y al cabo es el causante del menor número de empleos disponibles, o se mejoren las ayudas o la accesibilidad a financiación para la creación de nuevas empresas.

Si imaginamos el porvenir y efecto de los 420 euros aportados por dichas prestaciones a los parados, ¿qué puede solucionar? Seguramente en el mejor de los casos se destinará en comida, educación o a subsanar las deudas arrastradas (hipoteca, tarjetas de crédito, etc.). En cambio si destinamos esos 420 euros a un emprendedor, es muy probable que pueda invertirlo de alguna forma en la empresa para su crecimiento y que eventualmente requerirá la contratación de más personal, aportando de este modo un salario estable a un desempleado (que a la vez contribuirá a la administración y seguridad social).
Un ejemplo de esto lo vemos en la primera prueba de la primera temporada de "The Apprentice" donde se les entrega un dinero inicial (unos $300 aprox) a los dos equipos para que vendan limonadas. Al final del mismo día ambos equipos doblan o triplican la inversión. Si esto lo escenificamos en un proyecto o empresa, por ejemplo una tienda de limonadas, no sería descabellado pensar que mediante la aportación de $300 en un corto periodo de tiempo permitirá a la empresa crecer y contratar a más personal.
La solución no está en "regalar" un dinero extra
(el derecho a percibir el paro correspondiente a su contribución es innegociable) a los desempleados que meramente les ayudará en el momento, sino pensar en un procedimiento a largo plazo. Teniendo en cuenta que la mitad de los parados desea un puesto de funcionario frente al 2.9% de desempleados que asegura que quiere crear un negocio, está claro que el dinero extra aportado a este colectivo no es realmente la solución a la creación de más empleo.

Volviendo a The Apprentice, aun siendo un reality show (muy americano), con escenas o pruebas más que discutibles en el mundo empresarial, uno siempre puede observar y llevarse alguna que otra impresión i/o idea interesante para aplicar en el mundo real, además de observar la diferente mentalidad americana versus española y su metodología de trabajo.

The Apprentice es otro ejemplo de la innovación y puesta en marcha de ideas exitosas en los EEUU, que más tarde (en este caso 5 años) es implantado en España. ¿Porqué aquí no se materializan más ideas y proyectos? ¿Porqué no exportamos nosotros a los EEUU? ¿Estamos 5 años atrasados en comparación con ellos?

Para este análisis recurro a considerar emprendedores aquellos cuyas carreras profesionales o experiencias denoten alguna actividad relacionada con la puesta en marcha de un proyecto, idea o empresa. Aun así, concuerdo con Martin Varsavsky en que un emprendedor no es sólo el que crea una empresa, sino que se puede ser emprendedor en muchas facetas y formas.


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